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Reflexiones sobre la vida y el día a día

Miedos peligrosos


Miedos hay muchos: a lo desconocido, a lo peligroso, a fracasar, a decepcionarnos. Algo bastante habitual cuando uno no tiene el control sobre una situación en concreto, cuando depende de otras circunstancias ajenas a él para salir airoso.

El miedo es una reacción de lo más normal, y puede ser beneficioso en el sentido de que nos hará evitar situaciones que puedan ponernos en riesgo. En resumidas cuentas podemos decir que nos protege. Sin embargo, hay veces que este miedo se vuelve tan intenso o se genera por situaciones que no deberían, llegando incluso a bloquearnos, y deja de ser útil para convertirse en un inconveniente. Y es entonces cuando, además de miedo, tenemos un problema.

Aunque circunstancias en las que esto se pone de manifiesto no son especialmente habituales, al menos en nuestra sociedad, hay países, como es el caso de Japón, con un estilo de vida mucho más exigente, en los que se pueden llegar a situaciones verdaderamente extremas. Por poner un ejemplo concreto tenemos a los hikikomori, adolescentes japoneses que se aíslan del mundo exterior por miedo al fracaso y por considerar que la sociedad japonesa exige de ellos más de lo que son capaces o están dispuestos a soportar.

Son jóvenes que deciden quedarse en casa, en su habitación, y perder el contacto físico con la vida cotidiana. Hay quienes se pasan meses e incluso años sin moverse de allí, teniendo como único contacto con el mundo exterior el móvil, la televisión e internet. El día a día se pasa entre películas y videojuegos, y todo contacto directo es rechazado. (Aquí más información al respecto). Claro que podemos pensar que esto se dará en casos muy concretos, pero la cifra de afectados por esta situación supera, según las últimas estimaciones, más de los 3 millones y medio de personas.

Aquí en España este tipo de comportamiento tan extremo no suele verse, y los casos que se puedan dar no son desde luego tan numerosos. Sin embargo, con el auge de la tecnología, y en especial las redes sociales, los jóvenes de ahora son más propensos a vivir a través de internet más que en la vida real. No son raros los casos en los que estos chicos se comunican durante horas y horas a través de privados de tuenti o mensajes en el messenger cuando sus respectivas casas están separadas por apenas dos calles y no se tarda más de cinco minutos en verse en persona. Y, aunque no lo parezca, en más ocasiones de las deseables prefieren el contacto por internet a hacerlo en persona.

No creo que aquí lleguemos a situaciones como las que se dan en Japón, pero desde luego no vendría mal tenerlo en cuenta como referencia. En esto los padres tienen un papel muy importante que no deben pasar por alto.

2 comentarios:

Este comentario ha sido eliminado por el autor.
 

Cuando Internet debería ser una puerta abierta al mundo, lo que provoca es un aislamiento cada vez mayor. En el patio del cole, los chavales usan sus móviles para meterse en su tuenti en vez de aprovechar el recreo para relacionarse entre si. Toda la tecnología hace que nos aislemos cada vez más de la gente y perdamos el contacto humano. Es triste ver el futuro que les espera. Aquí también, el papel de los padres es fundamental.

 

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