La llegada de los Reyes Magos

A pesar de que los adultos lo vemos desde una perspectiva totalmente diferente, al fin llegó el ansiado día, ése con el que sueñan los más pequeños de la casa -y los no tan pequeños-. Los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina, y en prácticamente todas las ciudades españolas se están ultimando los detalles para que esta tarde o mañana por la mañana salgan en cabalgata sus Majestades de Oriente, para recorrer las calles por todo lo alto. (Aquí una noticia sobre ello). Como en algunas zonas amenaza lluvia han querido ser precavidos y ya ayer mismo por la tarde salieron en algunos pueblos, para evitar que el agua desluciera su desfile y los pequeños se quedaran sin verlos. Pero no es lo habitual, y hoy sin duda será el día grande. Y si eres de los que aún no has mandado tu carta… ¿a qué estás esperando? ¡Que ya están al llegar!

A pesar de que con el paso de los años la tradición parecía peligrar, en especial debido al auge de Papá Noel, es indiscutible que por el momento los Reyes Magos siguen teniendo la capacidad de revolucionar a los pequeños, que vivirán esta noche cargada de magia e ilusión como ninguna otra del año.

Al mismo tiempo, las tiendas de regalos y los centros comerciales se preparan para una de las jornadas de ventas más intensas del año, a pesar de la crisis. Juguetes, productos de electrónica, ropa y perfumes serán una vez más los más solicitados, junto con el tradicional roscón, sin el que la mañana del día de reyes no es la misma. Hoy es difícil no ver movimiento allá donde miremos, aunque desde luego el número de ventas y el gasto medio por persona ha descendido con respecto al año anterior (véase esta noticia). Uno de los últimos empujones -el otro lo serán los primeros días de rebajas- antes de entrar en la temida cuesta de enero, de la que lamentablemente pocos serán los que se libren este año.

Sea como fuere, hoy es un día especial que merece la pena disfrutar, especialmente en compañía de los niños; esta tarde toca recoger caramelos, balones, camisetas y todo aquello con lo que los Reyes Magos quieran obsequiarnos, para poco después irnos a la cama y esperar, con un cosquilleo en el estómago, la ansiada llegada y los regalos que -si hemos sido buenos- hemos pedido. No nos olvidemos de dejar algo de comida y bebida para ellos y sus camellos, que después de tanto viaje nos lo agradecerán, y mucho.