Gripes pasadas de moda

Ya ha comenzado la campaña de vacunación contra la gripe estacional de este año. Como viene siendo habitual, los grupos de riesgo son aquellos a los que va dirigida esta medida preventiva, que evita un gran número de contagios en la población cada invierno. Sin embargo, esto año al parecer son menos los que se están animando a vacunarse, quizá porque se le ha perdido el miedo a un contagio tras la alarma de pandemia por gripe A que al final no fue tan grave como se temía (más información). Eso sí, los gobiernos se gastaron una millonada en comprar vacunas que finalmente quedaron sin uso y acabarán en la basura.

De hecho, resulta curioso cómo durante unas semanas estuvimos con el corazón en un puño, temiendo por nuestra vida y la de nuestros seres queridos, pensando incluso que en caso de una pandemia podíamos acabar como en las típicas películas de catástrofes de Hollywood, y sin embargo al final la cosa no fue a más. Hubo contagios y muertes, pero no más de los que se producen cada año con la gripe normal y a la que no le hacemos apenas caso. Ahora, para colmo, se ha descubierto que la causa de los casos más graves puede estar relacionada con genes defectuosos de esos pacientes concretos (aquí la noticia).

Sea como fuere, durante un tiempo estuvimos bombardeados por noticias constantes y alarmantes sobre esta nueva enfermedad, que podría haber acabado con graves consecuencias. Lo mismo que sucedió meses atrás con la famosa gripe del pollo (o gripe aviar) que se originó en el sudeste asiático y que sembró el pánico en todo el mundo. Incluso las palomas de los parques estuvieron en el punto de mira. Sin embargo, tampoco en este caso sucedió nada concreto. Actualmente ya no se habla de ninguna de ellas, aunque el riesgo de que aparezcan nuevos brotes es el mismo. Quizá sea que, simplemente, pasaron de moda.

Muchas veces me pregunto si la alarma que estas situaciones producen no son más que excesos de celo por parte de la prensa. Cuando les da por una noticia le sacan todo el jugo posible, empleando para ello los titulares más sensacionalistas si hace falta, y cuando se agota el filón se olvida y a otra cosa. Y aunque hay que estar prevenidos, a veces hay que saber frenar a tiempo antes de que aquello con lo que jugamos se nos vaya de las manos.

Muy probablemente dentro de poco tiempo asistiremos a alguna otra versión de gripe, y la historia se volverá a repetir. Esperemos que para entonces la sensatez y la cautela prevalezcan sobre las ganas de llenarse los bolsillos de unos pocos.